Garnier GOOD Permanent Hair Dye 3.0 Dark Chocolate Brown

Desde que descubrí el tinte Garnier Good, me he quedado realmente enganchada con su propuesta: no es un tinte cualquiera, sino una coloración permanente que combina muchas cosas buenas: un 90 % de ingredientes de origen natural, sin amoniaco, una textura tipo mascarilla y un acabado que me ha dejado muy satisfecha. Lo primero que me conquistó fue su fórmula. Saber que está libre de amoniaco me da tranquilidad: teñirte el pelo en casa no tiene que ser sinónimo de irritación brutal o sufrimiento capilar, y con este tinte se nota. Además, está enriquecido con manteca de karité de comercio justo, que no solo contribuye a nutrir el cabello durante la coloración, sino que también lo deja visiblemente más sano y suave después de aclarar. Cuando abrí el estuche, me gustó que no es el típico tinte líquido. En su lugar, mezcla la crema colorante con el revelador hasta lograr una textura densa, tipo mascarilla, lo que facilita muchísimo la aplicación: no gotea, puedes manejarlo con las manos (viene con guantes) y te da esa sensación reconfortante de “te estoy cuidando mientras me tiño”. El momento de teñir se convierte casi en un ritual placentero: el tinte tiene un aroma muy natural —cuenta Garnier que es una fragancia de bayas de goji, orquídea y un toque de sándalo—, y mientras lo dejas actuar (unos 30 minutos según las instrucciones) es como si estuvieras aplicando una mascarilla nutritiva, no algo agresivo para el cuero cabelludo. Después del aclarado, viene el acondicionador nutritivo que incluye el kit: la marca recomienda dejarlo actuar unos 3 minutos para que la manteca de karité haga su magia. Gracias a eso, mi melena quedó muy suave, brillante y con un tacto bastante sedoso; no se quedó áspera ni reseca, cosa que en otros tintes permanentes más agresivos sí me pasa. En cuanto a resultados, me ha cubierto mis canas al 100 % (cosa fundamental para mí) y el color se ve muy vibrante y con reflejos naturales, no plano ni artificial. Según Garnier, su color durará hasta 8 semanas de forma visible, y en mi experiencia esa promesa se acerca bastante: con un cuidado normal (lavados suaves, champú moderado) noto que el color se mantiene bastante bien. Mejor aún: el hecho de que sea una fórmula bastante natural y vegana la hace mucho más amigable con mi conciencia ecológica. Garnier señala que muchos de sus ingredientes son de origen natural y que todo el kit ha sido pensado para ser más sostenible. Pero lo que de verdad me ha gustado es el “feeling” después de teñir: noto mi cabello revitalizado, con brillo, sin sensación de daño grave, y con un color que se ve natural y vivo. Además, no me deja el cuero cabelludo irritado, y para mí eso es un gran alivio cada vez que decido cambiar o cubrir mis raíces.

Me gusta la idea de que se les ocurra mezclar y es parte de lo que viene todo, soy una persona que se tiñe el pelo y yo diría que hay dos pares de vasos, así que tal vez compre algunos más, a menos que alguien te esté ayudando, aparte de que es un buen artículo. ¡Bien hecho, Loreal!