Un clásico atemporal

Es uno de esos perfumes que inevitablemente te llevan a otra época. Mi marido lo utilizó hace muchos años y siempre lo ha recordado como un auténtico clásico, muy reconocible y con una personalidad muy marcada dentro de su estilo. En su piel resulta una fragancia bastante fresca y limpia, con ese aire dulce tan característico que tuvo tanto éxito en su momento. Precisamente por eso, a él hoy en día se le queda un poco corta: prefiere perfumes más intensos, potentes y con un punto más amanerado, de esos que se hacen notar más y dejan una estela más envolvente. Aun así, reconoce que Rochas Man es agradable, fácil de llevar y perfecta para quien busca algo suave y reconfortante. Mención especial merece su bote en forma de cono, ya icónico. Minimalista, diferente y muy reconocible, rompe con lo convencional y refleja bien el espíritu del perfume: sencillo, elegante y con ese toque original que lo convirtió en un éxito. En definitiva, un clásico atemporal que sigue teniendo su público, ideal para quienes disfrutan de fragancias frescas y dulces, aunque no sea ya la elección favorita de quienes buscan aromas más intensos.